Por un referente constructivo crítico desde IU, comprometido y coherente en la movilización social para una alternativa trabajadora y joven a la crisis económica, en el proceso de formación de los foros para la refundación de la izquierda.

lunes, 27 de enero de 2014

“Apelaré esa ley que no tiene vigencia en mi cuerpo” ! Ascensión de las Heras, Contra la Ley Gallardón

Discurso de Ascensión Heras Ladera sobre el aborto en el Congreso.Termina con una poesía de Graciela Robledo:

"Demandan expropiar mi cuerpo.
Es legítimo, según la ley.
El juez regulará copiosos honorarios.
Se habrá hecho justicia.
Declararán mi placer de interés público.
Hallarán la marca incandescente de un hierro patriarcal sobre mi espalda.
Me sepultarán bajo sus espuelas, sus iglesias, sus cortes de justicia.
Apelaré esa ley que no tiene vigencia en mi cuerpo, que me excomulga, me proscribe, me desaparece, con
los muslos, con el pubis, con los brazos, con las venas, con el cuello, con las amígdalas, con el iris, con la
córnea, con las uñas, con las rodillas.
No. Apelaré.
Apelaré con las tetas, con el puño, con los pies, con las orejas, con las pestañas, con la espalda.
Apelaré en presente, en pasado y en futuro, del derecho y del revés. Apelaré".
http://www.sinpermiso.info/articulos/ficheros/11abor.pdf

viernes, 24 de enero de 2014

Campaña contra las derivaciones a la sanidad privada que el gobierno de la Comunidad de Madrid están imponiendo a los ciudadanos.

Esta semana se ha presentado en la sala Triángulo, actual Teatro del Barrio, y con la presencia de mas de 100 personas, la campaña ¨Yo elijo 100% Pública¨para luchar contra las derivaciones a la sanidad privada que el gobierno de la Comunidad de Madrid están imponiendo a los ciudadanos y que contribuye a desmantelar la sanidad pública madrileña.

A partir de ahora, las plataformas de usuarios y profesionales comenzarán a difundir el material elaborado por los distintos colectivos que han colaborado en la campaña para impedir que La Consejería de Sanidad se salga con la suya.

VIDEO: Yo elijo 100% Pública

jueves, 16 de enero de 2014

APORTACIÓN PARA LA CONFERENCIA SOBRE MODELO DE ESTADO DE IU DE LA CORRIENTE FEDERAL DE IU REDES

Las ideas colectivas recogidas en esta aportación ofrecen opiniones, reflexiones y matices con la convicción de que permitan desarrollar un mejor argumentario y posición política de IU ante un hecho siempre controvertido como es el del modelo de Estado, máxime al encontrarse sobre la mesa la propuesta de consulta en Catalunya para el próximo 9 de noviembre. Propuesta avalada por la izquierda junto a casi dos tercios de las actuales fuerzas del Parlamento catalán y sustentada por una movilización masiva, transversal, pacífica, popular y democrática que ha generado espacios nuevos como la Asamblea Nacional Catalana y movilizaciones desconocidas hasta el momento, como la de los 10 de julio de 2010, 11 de septiembre de 2012 y 2013 (21% de la población).

Frente a ello cabe preguntarse: ¿Ayuda esa reclamación a nuestros objetivos asamblearios y a los del conjunto de la gente trabajadora? ¿Favorece la unidad real de las personas oprimidas? ¿Qué actitud debe tomar la izquierda española ante una consulta que emana de una gran movilización y aspiración del pueblo de Cataluña a autodeterminarse? ¿Qué acuerdo común puede haber entre todas las izquierdas del actual Estado español (española, catalana, vasca, gallega)?

LA FORMA DE LA LUCHA HOY

Nos hallamos en un momento de gran dificultad de la izquierda social y política, dificultad que afecta directamente a cómo se vive y se afronta la actual crisis económica y su reflejo institucional. Para la inmensa mayoría, la crisis es una pérdida general de derechos (empleo, salario, educación, sanidad, valor de la representación política y el voto, etc.), es decir, una gran “degradación de la democracia”, de derechos ganados que se encogen y recortan. En consecuencia, la movilización en esta etapa representa una movilización contra los recortes (defensiva en su forma) y, por su programa y objetivos, se despliega como un gran esfuerzo de regeneración democrática. Dicho de otra manera, son las “imperfecciones del sistema”, sus inconsecuencias democráticas, las que protagonizan el eje de la disputa. La causa de las enormes desigualdades que existen no reside aún, a los ojos de la mayoría, en el efecto del conjunto del sistema y de la contradicción entre capital y trabajo. Para la mayoría movilizada, la causa se halla en la falta de igualdad ciudadana y constituye un problema de derechos en la democracia, no un problema del capitalismo, incluida su representación democrática. Así, la respuesta a los recortes reviste todavía una forma, si bien muy legítima y real, también muy parcial, de carácter “sólo democrático” y no socialista. Como nos enseña la historia del movimiento obrero, ello no significa que el reclamo sea menos vigoroso o que tenga menos potencial transformador, sino que plantea a la izquierda consecuente la obligación de esmerar su propuesta si quiere liderar el proceso y el conjunto de fuerzas sociales diversas que en él concurren.

EL ORDEN DE LOS FACTORES Y EL PRODUCTO

Nuestra décima asamblea en su declaración de noviembre de 2012 sostiene en su propuesta de modelo de Estado: “la construcción de una república federal y solidaria que incorpore el derecho a decidir de los pueblos que la componen”. Así mismo, en dicha declaración se señala que “hay un agotamiento y desmantelamiento de la Constitución del 78”. Por otra parte, pero vinculado estrechamente a lo anterior, la propia declaración pone de manifiesto la necesidad de: “un proceso de acumulación de fuerzas políticas, sociales y sindicales que culmine en el desarrollo de un proceso constituyente con la máxima implicación de la mayoría social trabajadora”.

En Izquierda Unida y en el conjunto de sus federaciones estamos trabajando con acierto para levantar un bloque político y social que haga viable y acelere las declaraciones mencionadas, un frente unitario y forzosamente plural que sume el máximo posible de actores para derrotar la política neoliberal. Sin esa adición, que abarca a la clase obrera así como también a otros sectores populares, incluidas capas sociales intermedias y del pequeño empresariado, resulta imposible vencer. Es necesaria una gran unidad, unidad que se construye en la propuesta, y unidad que se construye también a través del reconocimiento de la diferencia y la pluralidad.

Andreu Nin expresaba a principios del siglo XX lo siguiente: “El problema social no es una simple cuestión de estómago. En todo caso, el problema exclusivamente económico será el fundamental, constituirá el alma del socialismo, sin el cual éste no tendría razón de existir; pero no deja de representar más que un aspecto — claro está que el más importante — de la cuestión social...”

La cuestión nacional forma parte de la cuestión social de la que Nin, con toda razón, hablaba y se corresponde dentro de la misma a los elementos de conciencia democrática, de conciencia ciudadana y, por lo tanto, debe ser respondido por quienes trabajamos a favor de las personas oprimidas. De la misma manera que encaramos cualquier reivindicación democrática: libertad de asociación, palabra, prensa y reunión; voto femenino; aborto libre y enseñanza laica, o República entre otros. 

La vida es siempre más complicada que los planes, lo que impone la necesidad de exponer una política que permita, en unas condiciones dadas, llenar el agujero que existe entre el plan y la vida. 

Llenar ese “hueco” es lo que hace la izquierda transformadora en Cataluña cuando se suma e impulsa el bloque político y social que defiende el derecho a decidir. Por su parte, CCOO y UGT de Catalunya, los sindicatos más numerosos de todo el Estado, también ayudan decididamente a llenarlo al hacer suya igualmente la consulta y las preguntas que en ella se plantean. Se responde así a una profunda realidad social que deviene de una desigualdad económica y política intensamente sentida -particularmente explícita en lo cultural y lingüístico- buscando una salida progresista e incluso transformadora frente al actual régimen.

La historia demuestra que, precisamente, esos otros aspectos de lo social (por ejemplo, la lucha por los derechos democráticos bajo una dictadura) son aquellos que dominan muchas veces la escena, y por ello somos conscientes de que la igualdad entre pueblos, entre personas, lenguas, culturas, sexos y orientaciones sexuales resulta clave para la construcción del bloque político y social por el que pugnamos. 

La historia también nos ha mostrado que la burguesía o los sectores explotados no son ni social, ni políticamente homogéneos y que cualquier iniciativa que aspire a gobernar o trascender el sistema no puede evitar tal hecho. Al contrario, la diversidad, transformada en muchos casos en división, domina la escena a cuenta de la oligarquía con demasiada frecuencia. Sustituir división por unidad entre la gente oprimida y aprovechar ésta para avanzar en la propia división en las filas del poder constituye parte esencial de la política.

En el Reino de España, los sectores dirigentes de la burguesía, especialmente la financiera, pero también la más ligada parasitariamente a lo público o a las áreas energéticas (incluida la catalana), son contrarios al derecho a decidir y tienen en el PP a su abanderado y en el PSOE de Rubalcaba a un fiel escudero. Ahora bien, esa burguesía catalana, que resulta fundamental para la estabilidad del orden nacido tras el fin de la dictadura, se halla dividida ante ese derecho a decidir. Si bien su sector más poderoso -pero menos numeroso- lo rechaza, las capas más empobrecidas, junto a la mayoría de los sectores trabajadores, lo apoyan, y con ello debilitan a ese sector más poderoso. Así, reman contra los límites del orden de la Constitución de 1978, abriendo a la par, si sabemos aprovecharlo, el camino hacia formas democráticas del Estado fundamentales para el avance social ante esta crisis. Nos referimos a esa república, libre unión de repúblicas, federación o confederación de repúblicas; es decir, a formas libremente aceptadas que implican solidaridad e igualdad entre pueblos y personas y que superen final y positivamente el actual ordenamiento monárquico que beneficia a la banca y su alternancia bipartidista.

El orden de los factores que la confrontación entre las clases nos pone sobre la mesa no es el de nuestra declaración de 2012, sino otro, en la que el derecho a decidir se coloca primero. El reto de la izquierda transformadora en el Estado es ver si con ese orden de factores podemos llegar al mismo resultado; dependerá de nosotros y de nuestra lucha por llenar el “hueco” que se abre entre vida y programa/plan aprovechar la oportunidad que se nos pone delante.
Afirmamos que la legalidad española actual no debe ser usada para impedir la Consulta, sino que debe usarse, en todo caso, para llegar a un acuerdo que permita la realización de la misma. Para ello es vital, por algo que va más allá de los números de nuestros votos, la posición política de IU y del Grupo Parlamentario de la Izquierda Plural a favor de la realización de la Consulta en Cataluña y aceptar lo que libremente decida la ciudadanía en esta comunidad autónoma.
Con ello, claramente se afirma con toda justicia que la legalidad de 1978 no debe imponerse sobre la legitimidad de la demanda ciudadana y popular de Cataluña. 

Nuestra asamblea federal afirmó la necesidad de acumular fuerzas para superar una legalidad, la nacida de la Constitución de 1978, que avanza a pasos agigantados hacia su obsolescencia, incapaz de satisfacer, tras el estallido de la crisis, ni las demandas económicas y sociales que garanticen los mínimos derechos como sanidad, educación, empleo o vivienda, ni las aspiraciones de soberanía y libertad de los pueblos encorsetados dentro de una legalidad autonómica totalmente superada por la sana aspiración de una consulta como la de Cataluña, convocada para ejercer el derecho de autodeterminación.

El descrédito de la Monarquía española es real e importante, pero no existe todavía una articulación popular masiva, un movimiento de masas por la necesaria legalidad republicana. Dar pasos prácticos para conseguirlo para nuestra IU, que aspira ello, implica acumular fuerzas y articular un bloque político y social que parta de la movilización social contra los recortes y de las aspiraciones y movimientos de masas que sí se están produciendo por la libertad nacional de los pueblos hoy oprimidos en el Reino de España. La población trabajadora es la más interesada en que el proceso democrático y libre que hay tras “el derecho a decidir” se vincule decididamente a la introducción de nuevas legalidades constituyentes que recojan en su misma esencia las actuales necesidades y reivindicaciones económicas y sociales de la mayoría de la población contra la gran banca y la oligarquía que nos gobierna a golpe de troika.

Dicho de otra manera, la población trabajadora y la izquierda española necesitan aliarse con la población y la izquierda catalana, así como la vasca, para hacer un bloque amplio de ruptura a favor de los nuevos procesos constituyentes. El pueblo trabajador de Cataluña y del País Vasco necesita aliarse con el del conjunto del Estado por la misma razón. La división entre los pueblos y poblaciones, liderada desde los poderes estatales y el bipartidismo, así como las nefastas políticas económicas de las respectivas burguesías española catalana y vasca, perjudican a la población trabajadora en el Estado y a su solidaridad. Una ruptura con la Constitución y el Reino de España abre las puertas a relaciones libremente acordadas desde cada soberanía ciudadana popular. 

Trabajaremos, por consiguiente, apoyándonos en todos los esfuerzos sociales y políticos para acumular fuerzas en la movilización y en las instituciones para lograr abrir las puertas a una nueva legalidad en España y en sus pueblos y naciones con procesos constituyentes diversos que puedan confluir desde cada realidad y conciencia popular de cada territorio.

IU ha de fomentar una cuña entre el PSOE y el PP para que no haya un frente de salvación nacional contra los pueblos del Estado, en concreto contra los pueblos de Cataluña y el País Vasco. Las alianzas prácticas posibles entre pueblos tienen hoy un primer elemento político en la alianza entre las izquierdas federales de libre determinación, las soberanistas e independentistas.

UNIDAD

Ciertamente, las similitudes entre las personas trabajadores de los distintos territorios del Estado son evidentes y superan con creces las diferencias que pudieran existir. A pesar de ello, su unidad como clase no está ganada, y las razones de esa falta de unidad son de orden diverso. En todo caso, está claro que el capital trabaja para fragmentar a la población trabajadora mediante la profundización constante y consciente de las diferencias realmente existentes entre las personas. Conseguir la unidad exige una propuesta política que permita superarlas, pero dicha propuesta, para ser real, debe partir de reconocerlas, no de negarlas. Ese problema, que resulta muy evidente cuando se habla de etnia o de identidad de género, se oscurece enormemente al referirse a la realidad democrática y cultural diversa de la población. El debate sobre el derecho a decidir permite al conjunto de la izquierda transformadora en el Estado avanzar hacia una propuesta democrática inclusiva que, sobre la base del debilitamiento de la oligarquía, permita forjar una verdadera unidad entre la gente oprimida. Esa unidad ha de basarse en la legitimidad de la movilización y aspiraciones populares, incluidas las libertades nacionales. Una unidad que, como marca el lema de la revolución francesa, sólo resulta posible a partir del orden que ella misma estableció: Libertad, igualdad y fraternidad. Sin la primera, la segunda es inviable. Sin la segunda, la solidaridad y la unidad plenas son imposibles. 

Imponer unidades territoriales no une más a los trabajadores, ni los uniformiza; en cambio, su libertad, sí. Defenderla, por tanto, en todas sus variantes es clave para construir esa unidad tan reclamada e imprescindible.

LOS RECURSOS NECESARIOS

El peligro fundamental para la fraternidad, solidaridad e igualdad entre las personas y pueblos del actual Reino de España no radica en la aspiración de autodeterminación de los pueblos oprimidos sino en el neoliberalismo. Es imposible avanzar hacia mayores niveles reales de igualdad y convergencia entre las personas y entre los distintos territorios, sin avanzar medidas contra la brutal y creciente concentración de riqueza y su consecuencia, el empobrecimiento generalizado de la población.

Quienes vacían la caja única de la Seguridad Social son los mismos que congelan el salario mínimo, recortan pensiones, malvenden el patrimonio público, recortan prestaciones por desempleo, regalan dinero a espuertas a la banca o expulsan a un millón de personas del servicio público de salud.

El problema de la financiación autonómica y municipal, el colapso hacia el que avanzan la sanidad, la educación, la dependencia, el conjunto de las políticas sociales o las finanzas municipales no radican en el “egoísmo y miseria” de unos territorios contra los otros. No se deben a falta de solidaridad, sino a razones de fondo situadas en el diseño neoliberal de todas las políticas sociales llevadas a cabo en el Estado tras la transición. Un diseño profundizado por el lugar que la gran burguesía dibujó para España en su incorporación a la Unión europea y en el que su estructura productiva, impositiva y la del propio Estado iban a estar condicionadas a las necesidades de someter lo público al interés del gran capital. En esas condiciones, sectores concretos del propio capital se han encargado de atacar la unidad de la gente oprimida a través de mensajes populistas, ya sea contra los derechos de los pueblos, ya sea contra los de los pobres. Esos sectores son quienes se aferran sin cambios a la Constitución de 1978, al bipartidismo y la unidad forzada actual que les permite profundizar en la desigualdad y degradar la democracia.

Llevar a cabo una política justa y con recursos suficientes que potencie los derechos de las personas en todos los territorios, que comparta la solidaridad, que dé lugar a un municipalismo potente y reconozca los derechos de los pueblos del Estado exige inevitablemente un nuevo orden, una libre relación de unión, una federación o confederación de repúblicas. Orden para el que, desgraciadamente, no hay atajos ni fórmulas mágicas para llegar dentro del actual Reino de España.

Por todo lo anterior, llamamos a apoyar decididamente las propuestas y movilización de las organizaciones sindicales de clase y de la izquierda transformadora en Cataluña en su apuesta por el derecho a decidir. Reconocemos en ello un paso muy importante a favor de la política aprobada en la última Asamblea Federal.

Reclamamos que sólo la máxima libertad de pueblos y personas está en condiciones de extender la solidaridad y la igualdad plena. En este sentido, consideramos que IU debe defender con claridad que la propuesta federal sólo es posible sobre la base de la plena libertad de cada parte. Es decir, a partir del ejercicio del derecho de autodeterminación, de la soberanía plena de los pueblos que componen el actual Reino de España.

Dentro de tales conflictos la liberación de los pueblos oprimidos, el deseo de plena igualdad de su ciudadanía con la del resto ha demostrado, a lo largo de la historia, jugar un papel fundamental en el avance de la unidad de la clase trabajadora y del conjunto de la democracia y los derechos en el mundo.



Presentan esta Aportación:

Miembros del Consejo Político Federal: 

Francesc Matas Salla (co-portavoz Redes), Laura Blázquez (co-portavoz Redes, Alcaldesa de Navalagamella), David Companyon (Diputado en Cataluña de la coalición ICV-EUiA), Cari Baena (CPR IU-CM) y Alba Aguilà (CN EUiA). Àngels Tomás (Comité Ejecutivo PIE por EUiA). Imma González Cervantes (Comisión Federal Finanzas). José Antonio Mesamora (Presidencia y Ejecutiva federal IU, CUT).

Miembros del Consejo Político Regional (Madrid): 

Carlos Girbau, Haday López, Javier Cobo, Alba García, Manuel Arcones y Mónica Diotto.

Madrid, 14 de Enero de 2014.